
"Cuando la fe religiosa en las mentiras se haya desvanecido, será porque el hombre está más cerca de sí mismo, más lejos de "Dios"... y más cercano al "Diablo"."
Anton Szandor LaVey (La Biblia Satánica)
Durante toda la historia los seres humanos hemos adorado dioses inventados por otras personas con los defectos y la forma de ser de quien o quienes los inventan.
El ejemplo más claro lo tenemos en los profetas bíblicos, que crearon un dios celoso, irascible, resentido, pero a la vez orgulloso, vengador y noble entre otras cosas, a la vez que ese mismo Dios judío, al convertirse al Cristianismo se volvió mojigato, enemigo del sexo y amante de los enemigos, acorde con la personalidad de aquellos que escribían en ese momento histórico .
¿Por qué el satanista se va a prestar a adorar un Dios creado por otro?, sabiendo que los dioses son la exteriorización del ego de alguien, ¿por qué no adorar a su propio ego que está más acorde con el gusto y bienestar de su propia persona en sí?.
Si la persona se observa a sí misma y ve que tiene caracteríaticas "morales" e "inmorales," pero entonces se autojuzga catalogándose a sí mism@ con etiquetas como "malo" o "bueno" y llega a la conclusión de que no se gusta a sí mism@, es muy probable que haga, como dice LaVey, mayores investigaciones para identificar diferentes senderos de luz para iluminarse a través de una deidad, desde luego creada por otros.
El/La satanista por el contrario es una persona que se autobserva y ve estas características "morales" e "inmorales", pero no se juzga, acepta las cosas tal como son, su naturaleza humana tal y como es y entonces se adora a sí mism@ y vive para satisfacer su ego y su individualidad, mejorando aquellos aspectos que no le satisfacen de sí mism@, pero acorde con su propia moral y conveniencia.
Os dejo con una cita de Giovanni Papini en su mejor libro "Gog". Con estas palabras Giovanni Papini profetizó, sin quererlo, a través de uno de sus singulares personajes, la religión del futuro, o más bien, del presente.
"Todo ególatra hará fabricar su propia estatua: en oro, en bronce, en mármol, según sus medios. Si no es bastante rico para recurrir a un escultor, se contentará con un retrato al óleo o con una buena fotografía."
"La civilización moderna, que ha destruido poco a poco los adelantos de la fantasmagoría trascendental, ha comenzado a practicar, sin darse cuenta, la Egolatría. El deporte es la adoración del cuerpo; el culto de la Ciencia es un sustitutivo de la unisapiencia atribuida a Dios; el culto de la máquina, una subrogación de la omnipotencia de Dios. Lo que parecía reservado al Ser perfecto, se convierte poco a poco en prerrogativa común de los mortales."
"La civilización moderna, que ha destruido poco a poco los adelantos de la fantasmagoría trascendental, ha comenzado a practicar, sin darse cuenta, la Egolatría. El deporte es la adoración del cuerpo; el culto de la Ciencia es un sustitutivo de la unisapiencia atribuida a Dios; el culto de la máquina, una subrogación de la omnipotencia de Dios. Lo que parecía reservado al Ser perfecto, se convierte poco a poco en prerrogativa común de los mortales."