lunes, 30 de noviembre de 2009

El Hombre Superio del Renacimiento: El ejemplo de Cesare Borgia y su Némesis Martín Lutero


"¿Qué es bueno? Todo lo que acrecienta en el hombre el sentimiento de poder, la voluntad de poder, el poder mismo.

¿Qué es lo malo? Todo lo que proviene de la debilidad.

¿Qué es la felicidad? La conciencia de que se acrecienta el poder; que queda separada una resistencia.

No contento, sino aumento de poder; no paz, sino guerra; no virtud, sino aptitud (virtud al estilo renacentista, virtú, virtud carente de moralina).

Los débiles y malogrados deben perecer: tal es el axioma capital de nuestro amor al hombre. Y hasta se les debe ayudar a perecer.

¿Qué es más perjudicial que cualquier vicio? La compasión activa con todos los débiles y malogrados; el cristianismo..."

Friedrich Nietzsche (El Antricristo 2)

Lo que plantea aquí el profeta filósofo no es suprimir a la raza humana(ésta es un fin en si misma), sino el desarrollo de individuos superiores, gente de moral aristocrática, la de los fuertes.

Además plantea más adelante que este ser superior ha estado presente en todas las razas humanas; en todo el globo terráqueo (lo que demuestra que Nietzsche no era un nazi en absoluto, como lo han pretendido los que sí lo son. Muy al contrario).

Este tipo humano se ha dado de manera fortuita, no pretendida, pero se puede desarrollar de un modo programado en un individuo que sabe reconocer qué cosas dentro de su sicología pertenecen a la moral de los débiles, la moral del hombre-rebaño y cambiar esos valores por los de la moral superior.

Este tipo de ser humano siempre ha sido temido, odiado y anatemizado por el cristianismo que a través de una moral de debilidad ha aleccionado a la humanidad sobre como involucionar y así ejercer mayor control sobre ella.

Un buen ejemplo es el caso de Cesare Borgia, en quien se reflejan la inteligencia, la belleza, virilidad, astucia, poder, falta de escrúpulos contra sus enemigos, nobleza, gentilidad y amabilidad a quien lo merece, orgullo, etc...

"Para Cesare, despojar a un hombre de sus posesiones y sus riquezas, incluso de su vida, era un crimen menos atroz que privarlo de su voluntad, pues, sin voluntad, los hombres se convierten en meras marionetas de sus necesidades, en seres sin vida, sin capacidad de elección, en bestias de carga sometidas al látigo de otro hombre."

(Mario Puzo: Los Borgia)

Pero sus restos, considerados tenerlos en la iglesia como un sacrilegio por parte de un obispo de Calahorra, mandó sacarlos y colocarlos en plena Rúa Mayor «para que en pago de sus culpas le pisotearan los hombre y las bestias». El resultado final fue la destrucción del mausoleo.

Este personaje inspirador de "El Principe" de Maquiavelo es un ser superior anticristiano, con una moral como la de los nobles romanos y los antiguos griegos. Una moral pagana, del Renacimiento. Este tipo de hombres es temido por el hombre-rebaño, por lo que siempre se tratará de echar tierra en su historia y nombre, como para desvirtuar su carácter de ser superior.

En el Renacimiento al ser humano superior y vital le surgió un enemigo mayor. Cuando la iglesia volvía al paganismo y a una moral más aristocrática, cuando el arte dejó de ser siervo de los débiles, surge un cura resentido y egoísta denunciando el nuevo orden mundial. Lutero.

Este sacerdote lleno de culpa, miedo y muchas ganas de condenar se rebela contra una iglesia que recuperaba el Mundo Antigüo, habiendo aprendido al fin que la moral de los débiles, el cristianismo, sólo había traido la decadencia durante los cerca de mil años que duró la Edad Media y había sumido al mundo en el oscurantismo.

El ser humano se abría a la razón, al placer, a valorar la vida a la manera de los paganos. Esto horrorizó a nuestro sacerdote protestante, quien logró poner un freno al curso de la historia iniciando la Reforma y ésta, la Contrareforma. Volviendo el mundo al oscurantismo religioso. El vértigo de la libertad que representaba el Renacimiento hizo que la iglesia replanteara su moral y volviera a sus antiguos pasos antivitales.

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